LA HADA Y EL BUHO

Al atardecer el sol emite unos bellos halos de luz, en ellos viven las hadas del bosque…


El viejo y sabio Búho, despierta de un largo día, aposentado en una de las grandes ramas del Olmo que es su casa, distingue con sus grandes ojos una bella Hada que llora agazapada entre una enredadera silvestre.
La voz del Búho suena profunda y serena.
-¿Que te ocurre bella Hada? ¿Por que lloras?
La Hada eleva su mirada hacia las frondosas ramas del Olmo. Le mira y calla, mientras las lágrimas le recorren el rostro.
-¿No me vas a contar por que lloras? Le dice el Búho, ladeando su cabeza.
Después de unos instantes la hada, con voz entrecortada le contesta.
-No puedo volar...
El Búho que es muy sabio, sabe que las hadas pierden la magia de sus alas cuando están tristes.
-¿Por que estas triste bella Hada? Tienes lo que cualquier mortal desearía, vida eterna y poderes para conceder felicidad a los demás…
-Sí, concedo deseos, velo por los niños en las noches, cuido de los corazones de los amantes, pero nadie se cuida de mí…
Ahora mis alas no se mueven y mi vida no tiene sentido. Intente coger el polvo mágico de las alas de una mariposa pero resbale con las gotas del roció cayendo en esta hoja donde ahora me ves.
El Búho abrió sus grandes alas volando hacia ella, la cogió cuidadosamente con sus garras y la llevo hasta su rama.
-Aquí en mi casa estarás protegida, mientras soluciones lo de tus alas.
La Hada le sonrió agradecida.


Los días pasaban, el Búho cuidaba del bosque y de sus vecinos los animales que lo habitaban. A pesar de su cansancio por las noches mientras el vigilaba, compartía con la Hada sus experiencias y ella le contaba sus pensamientos….


El invierno llego pronto, las nieves posaron su helado manto sobre el bosque, el viejo Búho enfermo. En sus peores horas de enfermedad, bajo la influencia de la fiebre, los viejos recuerdos acechaban al Búho, toda su fortaleza presa de la fiebre se desmonto. La Hada cuido con amor de él, hasta que llego la primavera y poco a poco el Búho sano.
Una tarde la Hada sentada en una de las ramas sintió el aleteo de las alas de una mariposa, el polvo mágico fue desparramándose sobre ella y sus alas empezaron a moverse….
El Búho que descansaba ramas mas arriba la observaba, sus ojos se empañaron de lagrimas de tristeza y alegría por ella.
Dejó que pasara el día, pero la Hada calló…
Al llegar la noche, el Búho que había pasado todo el día triste, miro dulcemente a la Hada y le pregunto.
-¿No tienes nada que contarme bella Hada?
-Mis alas han recuperado su magia. Si recupero el vuelo, no sé si volveré..
El Búho la miro con una sonrisa disimulando el latir de su corazón..
Esta noche será la ultima que pasemos juntos, al amanecer partirás y buscaras tu felicidad.
Al llegar la aurora boreal, el búho pensativo la miro.


-Ha llegado la hora de que seas feliz bella hada.
-Si, tienes razón. Contesto la hada sonriéndole.
-Córtame las alas, que no quiero volar…




Este relato pertenece a mi colección de Relatos de Madrugada.
El proyecto de este libro, es combinar relatos con imagenes mias y artistas invitados.
Ilustración de Pablo Lopez.


Copyright. Luisa Balada.